El estándar de raza para los caballos árabes, según la Federación Ecuestre Estadounidense , describe al árabe de pie entre 143,3 cm y 153,4 cm de altura, con algún individuo ocasionalmente un poco más bajo o más alto. Por eso, todos los caballos árabes, sin importar su altura, son clasificados como "caballos", aunque 148 cm (sin herraduras) y 149 (con ellas) es la altura que divide los caballos de los ponis. Como muchos dueños de caballos en Europa y América prefieren animales más altos, el caballo árabe ha sido cruzado para añadir altura, y hoy muchos árabes miden entre 152,4 y 162,6 cm.
Temperamento
Durante siglos, los caballos árabes vivieron en el desierto en asociación cercana con los humanos. Sólo a los caballos con buena disposición natural se les permitía reproducirse. Los árabes son hoy una de las pocas razas en las que la permite que niños monten sementales en eventos competitivos limitados a jinetes menores de 18 años.
Por otro lado, el caballo árabe también se le clasifica como una raza de "sangre caliente", una categoría que incluye otros caballos refinados y de carácter fuerte que se cruzan para obtener velocidad, como el purasangre y el bereber. Como otros caballos de sangre caliente, la sensibilidad e inteligencia de los caballos árabes permiten un aprendizaje rápido y mejor comunicación con sus jinetes. Sin embargo, su inteligencia también les permite aprender malos hábitos con la misma rapidez con la que aprenderían buenos hábitos. Rápidamente pueden perder la confianza en un jinete inexperto y no toleran prácticas de entrenamiento ineptas y abusivas.
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